Un seguro de salud con copago es una modalidad en la que, además de pagar una prima mensual o anual más reducida, el asegurado abona una pequeña cantidad cada vez que utiliza determinados servicios médicos. En la práctica, es una fórmula de equilibrio: el asegurado asume una parte pequeña del coste de cada consulta, prueba o tratamiento, mientras la aseguradora cubre la mayor parte del gasto.
Los copagos pueden variar según el servicio y la compañía. Por ejemplo, una consulta con un médico general puede costar entre 2 € y 5 €, una visita al especialista entre 5 € y 10 €, y una prueba diagnóstica avanzada o una sesión de fisioterapia puede rondar los 10 € o más, dependiendo de la aseguradora y del tipo de cobertura.
Este modelo es una alternativa flexible y económica a los seguros sin copago, especialmente pensada para quienes no acuden al médico con frecuencia o desean mantener una prima mensual más ajustada.