¿Qué es la prima nivelada en el seguro de decesos?
La prima del seguro de decesos se establece en función del coste de los servicios que hayas contratado y el número de personas aseguradas. Sin embargo, en ciertas modalidades se tiene en cuenta también la edad del asegurado para el cálculo de la prima. Se distinguen a tal efecto dos tipos de primas:
- Prima natural. Su coste va a depender tanto de la edad (la tasa aplicable se incrementa a medida que va cumpliendo años el asegurado) como del valor del servicio funerario contratado.
- Prima nivelada. En este caso, la prima solo considera el posible aumento del valor del servicio con el paso del tiempo.
En el caso de la prima nivelada, la cuota que deberás pagar será al principio más cara, pero mucho más barata cuando la edad del asegurado supere los 65 años. En cambio, con la prima natural pagarás muy poco cuando el asegurado es joven, pero se te irá encareciendo a medida que aumentan los años. Dispones, no obstante, de una tercera opción a la hora de contratar un seguro de decesos, que es la denominada prima mixta, que actúa durante un tiempo como prima natural y a partir de cierta edad del asegurado (generalmente entre 60 y 65 años) se transforma en prima nivelada.
¿Qué pasa si no tienes seguro de decesos?
Antes que nada, decir que el seguro de decesos no tiene carácter obligatorio, por lo que el hecho de contratarlo o no está sujeto únicamente a tu exclusiva voluntad. Ahora bien, piensa que cuando una persona muere sin tener contratado un seguro de decesos, la obligación de pagar los gastos del entierro y el funeral van a recaer directamente sobre los seres queridos del fallecido.
Por lo tanto, si mueres sin estar convenientemente asegurado, tus familiares directos deberán costear todo el sepelio, y no es precisamente un servicio barato, ya que un entierro en España asciende como mínimo a alrededor de 3500 euros.
Además de esta carga económica, has de tener presente que si falleces sin disponer de un seguro de decesos, tus seres queridos deberán afrontar también toda una serie de trámites burocráticos que, en caso contrario, asumiría directamente la compañía aseguradora. Por todo ello, contar con una adecuada póliza de decesos es la mejor manera de evitar a tus allegados y familiares un trago aún más amargo tras tu muerte.
Coberturas de un seguro de decesos
La cobertura de un seguro de decesos está habitualmente compuesta por dos conceptos: el servicio funerario y los trámites administrativos post mortem. Los costes del sepelio comprenden los gastos de entierro o incineración, el féretro o la urna crematoria, el tanatorio, el traslado en coche fúnebre, las esquelas, la lápida o el nicho y las coronas de flores, entre otros.
En cuanto a las gestiones administrativas, estas suelen incluir la licencia de enterramiento o incineración, la inscripción del fallecimiento en el Registro Civil y la obtención del correspondiente certificado de defunción. Otras coberturas adicionales podrían ser el apoyo psicológico a familiares o los traslados y asistencia en viaje.